Un sentido es una capacidad de percepción por la que recibimos directamente información de un ámbito de nuestra existencia y del mundo que nos rodea. Hoy en día, en esta sociedad rápida, tecnológica, orientada a la rentabilidad y resultados; los sentidos de las niñas y los niños (y los nuestros) están saturados por un sinfín de estímulos inadecuados, excesivos en unos aspectos e insuficientes en otros, que les llevan a tenerlos irritados o muy poco cuidados.
Sobre la base de nuestros sentidos edificamos nuestras capacidades, desde la artística a la intelectual pasando por las capacidades afectivas y sociales. Nuestros sentidos, los de las personas adultas, tengamos familia o no; merecen ser cuidados para tener un grado de bienestar mayor, que nos permitan estar en la vida de forma saludable; en nuestros trabajos, nuestras relaciones interpersonales, nuestros espacios creativos…”